Pasada ya la fiebre del wolfram, aunque nunca olvidada, quedan dispersas por el Bierzo numerosas trincheras y minas abandonadas. Dos son las principales formas en que se presenta este codiciado mineral: la wolframita y la scheelita. Nos dedicaremos a esta última ya que Jose Manuel y Nelly nos presentan en esta ocasión unos ejemplares excepcionales:
La scheelita aparece ligada al cuarzo y por tanto aparece en los filones de cuarzo, y en compañía de bellos cristales, como en el centro de esta drusa. Es un wolframato cálcico que contiene mayor concentración de wolframio que la wolframita.
La scheelita es de color pardo céreo y es raro encontrarla cristalizada, al menos en cristales de cierto tamaño:
A veces pueden encontrarse ejemplares cristalizados en hábito tetragonal, perfectamente definidos:
La scheelita es un mineral bastante frágil, por lo que hay que tener mucha suerte y mucho cuidado al extrer el cuarzo de sus filones. Si hay suerte pueden extraerse masas cristalinas y bonitos cristales como éste.
Típicamente la scheelita emite fluorescencia blanco-azulada al ser iluminada en la oscuridad con una lámpara UV (luz de Wood), característica que ayuda a localizar este mineral cuando está en agregados masivos sobre cuarzo.
En este caso estos impresionantes cristales no precisan el uso de esta técnica, ya que este mineral es bastante inconfundible a la luz natural.
En esta ocasión la scheelita se asocia a bellos cristales y drusas de cuarzo hialino. Para ver más y de diferentes tipos visita nuestra pestaña lateral: "El rincón del cuarzólogo".