jueves, 8 de febrero de 2018

PROF. ROBERTO WAGNER: "in memoriam".

El Prof. Roberto Wagner falleció ayer a los 90 años de edad en su querida Córdoba. Ante todo expresar nuestro sentimiento de pesar por la pérdida humana, de la persona entrañable, siempre dispuesta a escuchar y a dar ánimos. Era todo un carácter.
Tras este perfil humano tan cercano se escondía un grandísimo paleontólogo cuyo mundo Carbonífero exploró y al que dedicó toda una vida: se puede decir que la Paleobotánica era su vida.
Nacido en Indonesia , de origen holandés, quedó fascinado por nuestro país y es principalmente aquí donde desarrolló su carrera. Ha descrito y bautizado un gran número de especies paleobotánicas y ha realizado las más completas revisiones del Carbonífero que se han escrito en nuestro país. Consecuencia de sus innumerables expediciones por España, pero también por todo el mundo, ha reunido una impresionate colección de fósiles vegetales de todo el mundo, que se exponen en el Museo Paleobotánico de Córdoba, que él creó y dirijió.
Ha estado en numerosas expediciones en El Bierzo, describiendo géneros y visitando yacimientos. He tenido el placer de conocerle y tratarle. De él siempre me impresionó su aspecto de viejo profesor  con una mente joven e incansable, siempre abierto a todo lo que tuviera que ver con su mundo. Exigente y a la vez amable, iconoclasta y clásico a partes iguales: una persona que transmite y engancha.
Por suerte la comunidad científica le ha demostrado su agradecimiento por su inmensa labor en numerosas ocasiones. Su  gigantesco legado formará parte de la historia de la Paleobotánica.
Vaya esta foto en recuerdo  de una de las ocasiones en que tuve el placer de hablar con él en su despacho del Museo Paleobotánico de Córdoba.



martes, 6 de febrero de 2018

LOS CASTROS PRERROMANOS EN EL BIERZO: en busca del oro en los confines del imperio romano.

El oro, mineral patrón de la moneda y del comercio, ha sido desde la antiguedad un codiciado metal. En el imperio romano, expertos mineros llegados de todos los territorios imperiales viajaron a al Hispania rumbo al noroeste. Guiados por los textos de los Plinios y protegidos por las legiones, llegaron a estas tierras inhóspitas del Bierzo dispuestos a poner patas arriba cuantas montañas hicieran falta. Para ello se ayudaron de sus potentes obras de ingeniería: extensísima red de canales y estanques, minería de oro en todas sus variantes....el objetivo final, la obtención del preciado metal.
Si queremos viajar en el tiempo y aproximarnos a aquellos intrépidos hombres que dedicaron sus vidas a la extracción del oro en El Bierzo, qué mejor ruta que la de los castros prerromanos del oro, que incluye a los pueblos de Castropodame, Turienzo Castañero, San Pedro Castañero y Matachana.
Aquí se muestran los trípticos que se exponen en estos pueblos, donde se indican las rutas y las explotaciones mineras. A ellos ha contribuido Geobierzo, de manos de Paco Arias, y esperemos que sea un aliciente par que todos aquéllos que visiten El Bierzo se den cuenta que hay oro además de en Las Médulas: en realidad las explotaciones de oro romanas están por todo El Bierzo.
En primer lugar va el tríptico de Castropodame, ejemplo de la minería extractiva romana:


En segundo lugar podemos hacer un recorrido por los pueblos de San Pedro Castañero, Turienzo Castañero y Matachana donde de sitúan  los castros vinculados a la extracción de oro:
Y para finalizar, un recorrido por esta ruta, donde sus mentores nos muestran las explotaciones mineras romanas en compañía de los alcaldes y los numerosos excursionistas de estos pueblos. Para ver este vídeo, visitar este enlace:
RUTA POR LOS PUEBLOS CASTREÑOS DE LA MINERÍA DEL ORO EN EL BIERZO

Por último animar a estos pueblos a que sepan conocer y divulgar adecuadamente este precioso legado.

domingo, 14 de enero de 2018

ALTO DEL MANZANAL: viaje a los mares ordovícicos....

Para empezar el año vamos a hacer un breve pero intenso viaje por los ambientes marinos de un lejano periodo geológico perteneciente a la Era Primaria o Paleozoica, hace nada menos que unos 470 millones de años. Se trata de un periodo, el Ordovícico Medio, muy prolífico en la península ibérica.
Hay grandes yacimientos en el arco que va desde Valongo (Oporto, Portugal) hasta los Montes de Toledo, donde se encuentran los más famosos yacimientos de este periodo, sin olvidar la sierra de Guadalajara.
Aquí, en El Bierzo, hay varios yacimientos se este periodo, Ordovícico medio. El problema de toda esta zona es que ha estado sometida a un intenso metaformismo, que ha deformado los fósiles contenidos en estas pizarras, por lo que los ejemplares que aquí podemos encontrar están aplastados y con la forma alterada. A ello hay que añadir la fuerte piritización, que hace que cuando los fósiles se exponen a la atmósfera, rápidamente se meteorizan en forma de limonitas y oligistos, que se degradan rápidamente y por ello muchas veces sólo aparecen los moldes externos.

Aquí arriba vemos un trilobites arrollado "en bola", donde puede observarse el cefalón por arriba y el pigidio por abajo, perfectamente ensamblados.
En esta de arriba se muestra un rhabdosoma de un graptolito típico de este periodo: Didymograptus.

En esta otra podemos ver un bivalvo con la oxidación típica , que le da esta pátina rojiza.

Aquí podemos ver otro bivalvo, típicos de este periodo geológico.

sábado, 30 de diciembre de 2017

El BIERZO 2017: fuego, sequía y otras plagas bíblicas.

Este año ha sido particularmente duro para El Bierzo: la larga sequía que asola nuestro país se ha cebado con esta comarca. El campo ha recogido sus peores cosechas: cerezas, pera conferencia, castañas y otros productos agrícolas han sufrido una caída como no se recordaba en años. Los bosques también han sufrido las consecuencias de la falta de agua y los incendios han asolado nuestros montes Aquilianos y gran parte de La Cabrera. El agua, este mineral tan común como imprescindible ha sido la gran ausente y la más deseada.

Este es el paisaje que puede verse desde los pueblos: un entorno calcinado.

Muchos de nuestros pueblos viven del turismo y de la explotación de sus recursos naturales. Este año pasará al recuerdo por ser uno de los más nefastos, lleno de incendios y con el azote de la sequía.
Paco Arias ha preparado esta pequeña postal navideña que nos recuerda esta triste situación y hace un recorrido por estos paisajes bercianos asolados por el fuego. Puedes verla en este enlace:
Y esperemos que las lluvias y el año 2018 traiga los esperados brotes verdes!



martes, 19 de diciembre de 2017

MEDICINA y PALEONTOLOGÍA:¿por qué no?

Cuando un médico o cualquier otro profesional (no geólogo) siente atracción por el apasionante mundo de los fósiles....Cuando esa pasión es muy temprana, entorno a los 14 años de edad...... Después las circunstancias personales le conducen por otros caminos, igualmente fascinates, pero radicalmente diferentes, de la Medicina. Llega un momento en que uno tiene que decidir cual es su profesión y cual su hobbie, pero en este caso no se trata de una afición cualquiera. Una vez que uno se adentra en la Paleontología y descubre este mundo maravilloso, ya nunca más podrá salir de él. Allí, atrapado por la seducción de las piedras, las visitas al campo, la clasificación y conservación, la reconstrucción de los antiguos mundos...¿que otra afición podría competir con ésta?
La sensación de ser raro o especial que acompaña a esta actividad siempre me ha perseguido, hasta que descubrí que en el pasado, otras personas  sucumbieron a los encantos de la "paleo".

Algunas fueron terriblemente importantes en la historia de la Medicina como Lord Parkinson, médico inglés que en siglo XIX describió el síndrome de Parkinson, por el que siempre será recordado. Este inglés, poseído por el espíritu de la Ilustración francesa y cuyas actividades políticas pusieron en peligro su prestigio y posición social, poseía una espléndida colección de fósiles en su casa. Pero este hombre fue más allá escribiendo su volumen "Organic remains of a former world" basado en sus fósiles. Se atrevió a emitir la teoría catastrofista para justificar las grandes extinciones... Como diríamos en España: Ahí queda eso! Y por si fuera poco bautizó el género de ammonoideos Parkinsonia (Parkinsonia parkinsoni), por el que también será siempre recordado.

Otro médico igualmente inglés, pero no tan conocido fue Guideon Mantell, también a finales del XIX, que ejerció de cirujano. Su entretenimiento favorito era recoger fósiles en la región de Sussex (Inglaterra )hasta que se encontró un diente de Igauanodon. Pero en este caso tenía un ilustre amigo, el gran geólogo Lyell, que fue además figura máxima de la geología de su época.
Al igual que James Parkinson ideó grandes teorías , en este caso sobre los dinosaurios y fue condecorado por la Royal Society de Londres. Sin embargo acabó sus días como un vagabundo, abandonado por su mujer (harta de los fósiles que llenaban su casa y su tiempo como una obsesión) y completamente arruinado e inválido tras sufrir un accidente.
No supo elegir entre la medicina, que le daba el dinero para vivir y la paleontología,  que alimentaba su mente!  Tuvo además que sufrir la frase lapidaria de su ilustre amigo Lyell: "hay que elegir entre la medicina o la ciencia". Hoy en día la medicina es tan ciencia o más que la propia geología, pero en aquellos tiempos y a los ojos del ilustre Lyell un  cirujano se parecía más a un barbero que a un científico de pedigrí!.
Menos mal que en el mismo lugar donde Mantell encontró su diente de Iguanodón un monumento le hace justicia.

Estos son sólo un ejemplo de tantos hombres y mujeres de las profesiones más dispares, que a lo largo de la historia han caído en este mundo de los fósiles, que ha llenado su tiempo libre  y disparado su imaginación. Empezaron como simples coleccionistas y se fueron convirtiendo  en dibujantes, escritores y sobre todo, en grandes divulgadores. En su tiempo fueron considerados como gente rara y excéntrica por esta extraña afición, pero lo cierto es que consiguieron ir más allá de sus propios límites y se mantuvieron fieles a ella. Tuvieron que sufrir al ser considerados de segunda categoría por los geólogos profesionales (y no tan profesionales) de su época. La sociedad de su tiempo no entendió sus talentos y muchos de ellos fueron grandes incomprendidos.
Esta misma sociedad, que a veces les aduló, nunca pudo entender como una sóla persona podia reunir esas brillantes facetas y realizar interesantes aportaciones en tan diferentes campos de la ciencia!
Para concluir, y enlazando con el tema de este blog podríamos decir: Medicina y Paleontología: ¿por qué renunciar a una cuando se pueden tener las dos?



viernes, 1 de diciembre de 2017

CARRASCONTE: un cielo abierto que se cierra.

Este fin de semana estuve en una de las minas a cielo abierto más grandes de Laciana. El paisaje que puede contemplarse desde lo alto es espectacular, con el incomparable marco de la Cordillera Cantábrica como telón de fondo. Todo este paisaje es un tratado de geología en sí mismo.
El carbonífero estefaniense que puede verse es muy completo, con gran cantidad de cortezas de diferentes licofitas, aunque la mina ha sido masivamente expoliada por su fácil acceso desde el fin de las actividades mineras.

Lo más llamativo de este carbonífero es la abundancia de un tipo de planta arbórea gimnospermofita poco común por lo general y menos en tal abundancia: se trata de Cordaites. Los restos de sus hojas acintadas están presentes en gran cantidad. Su fosilización resalta por su intenso color negro brillante que destaca sobre el tono rosado de las areniscas y cuarcitas.


Los restos de hojas de cordaitales se acumulan por doquier en grandes canchales, debido al impresionante movimiento de tierras que supuso acceder a las capas de carbón, algunas de las cuales superaban los dos metros de espesor. Para llegar hasta ellas fue necesario un impresionante desmonte que ha dado lugar  aetas enormes escombreras.


El trabajo minero ha dado lugar a la formación de algunas lagunas artificiales, algunas de ellas de gran tamaño.


Algunos troncos de licofitas se han preservado y pueden verse en el Aula Geológica de Robles de Laciana. En este caso se trata de un Syringodendron.


Este Aula Geológica, inaugurada hace poco, contiene un resúmen de la flora Estefaniense de Laciana y muestra algunos de los fósiles de plantas más característicos de Carrasconte.


Las obras de desmonte y restauración de esta mina a cielo abierto ya han comenzado y pronto este fabuloso espectáculo del carbonífero lacianiego desaparecerá de nuestra vista y con él este viaje a un tiempo tan fascinante como infrecuente: el carbonífero. Seguirá el inexorable destino de Fonfría y Feixolín: la restauración.

Y de fondo la incomparable silueta de la Cantábrica.

martes, 31 de octubre de 2017

FÓSILES RODADOS: un ejemplo del trabajo de los agentes geológicos.

Cuando los ríos atraviesan su cauce, van lentamente erosionando el lecho del río a su paso. Poco a poco van erosionando los estratos de los diferentes periodos y extrayendo los fósiles que contienen. Éstos se van desplazando y rodando por el fondo en las crecidas y avalanchas, y poco a poco se van alejando de su lugar de origen. Con el paso de los milenios se van puliendo por rozamiento en el lecho del río y acaban depositados en terrazas fluviales, allí donde la fuerza del agua es menor.
Según la roca que los forma sea caliza o silícea , su resistencia a este "pulido natural" será mayor o menor, pero en cualquier caso es la seña de identidad de todo fósil "rodado".
Estos dos de arriba son moldes internos  de gasterópodos del Cretácico intensamente erosionados , que acabaron en las terrazas fluviales del Ebro.

Estos dos de arriba son dos equinoideos cidáridos intensamente rodados, donde pueden verse aun las áreas ambulacrales y los rodetes de inserción de las púas y radiolas.
 Aquí arriba se muestra el espacio entreabierto entre las valvas de un ostréido, visibles a pesar del rodamiento.
 En éste de arriba podemos ver el molde interno de un gasterópdo planórbido intensamente erosionado por rodamiento.
Este de arriba es el caso de un pigidio de trilobites facópido hallado en el lecho de un río de Ciudad Real y que encontré por la red: su origen es ordovícico pero en la terraza fluvial donde se encontró su edad parecería más reciente. Su intenso rodamiento se aprecia en el alisamiento de las costillas dorsales y pigidiales.
Las Médulas son un conjunto de depósitos de conglomerados y cantos rodados que, además de ser auríferos, pueden contener fósiles rodados: es el caso de la Cardiola gibbosa "el fósil de las Médulas", que muestra las señales de haber sido transportado probablemente por un río, y que dió lugar a una nueva teoría sobre le origen de Las Médulas. Así se ha ganado un lugar relevante en el Museo del Bierzo.