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viernes, 1 de diciembre de 2017

CARRASCONTE: un cielo abierto que se cierra.

Este fin de semana estuve en una de las minas a cielo abierto más grandes de Laciana. El paisaje que puede contemplarse desde lo alto es espectacular, con el incomparable marco de la Cordillera Cantábrica como telón de fondo. Todo este paisaje es un tratado de geología en sí mismo.
El carbonífero estefaniense que puede verse es muy completo, con gran cantidad de cortezas de diferentes licofitas, aunque la mina ha sido masivamente expoliada por su fácil acceso desde el fin de las actividades mineras.

Lo más llamativo de este carbonífero es la abundancia de un tipo de planta arbórea gimnospermofita poco común por lo general y menos en tal abundancia: se trata de Cordaites. Los restos de sus hojas acintadas están presentes en gran cantidad. Su fosilización resalta por su intenso color negro brillante que destaca sobre el tono rosado de las areniscas y cuarcitas.


Los restos de hojas de cordaitales se acumulan por doquier en grandes canchales, debido al impresionante movimiento de tierras que supuso acceder a las capas de carbón, algunas de las cuales superaban los dos metros de espesor. Para llegar hasta ellas fue necesario un impresionante desmonte que ha dado lugar  aetas enormes escombreras.


El trabajo minero ha dado lugar a la formación de algunas lagunas artificiales, algunas de ellas de gran tamaño.


Algunos troncos de licofitas se han preservado y pueden verse en el Aula Geológica de Robles de Laciana. En este caso se trata de un Syringodendron.


Este Aula Geológica, inaugurada hace poco, contiene un resúmen de la flora Estefaniense de Laciana y muestra algunos de los fósiles de plantas más característicos de Carrasconte.


Las obras de desmonte y restauración de esta mina a cielo abierto ya han comenzado y pronto este fabuloso espectáculo del carbonífero lacianiego desaparecerá de nuestra vista y con él este viaje a un tiempo tan fascinante como infrecuente: el carbonífero. Seguirá el inexorable destino de Fonfría y Feixolín: la restauración.

Y de fondo la incomparable silueta de la Cantábrica.

lunes, 27 de octubre de 2014

UN BOSQUE VIVIENTE DEL CARBONÍFERO EN EL BIERZO: CUANDO LOS HELECHOS FÓSILES VUELVEN A LA VIDA

Los encontramos petrificados en taludes y escombreras por todo el Bierzo. Aquí se vivió hace 300 millones de años una  época dorada... Este fin de semana tuvimos ocasión de conocer cómo quedaron estos grandes helechos fosilizados en los taludes que las explotaciones de carbón a cielo abierto dejan al descubierto. Al retirar capas de carbón aparecen helechos arbóreos con sus raices y la base del tronco en posición de vida.


Pero muy cerca en Pobladura de las Regueras tenemos la suerte de poder ver cómo son y cómo viven sus descendientes en la actualidad: es el VIVERO DE CIUDEN. Allí un grupo de de más de 60 trabajadores ha conseguido reproducir y mantener las condiciones de temperatura, humedad y cuidados que estos delicados helechos requieren.


Un cuidado jardín de Cyatheas y diversas especies de helechos arbóreos traídos de Nueva Zelanda ocupa un alto invernadero. Luis del Riego, que dirige este proyecto nos explicó cómo además han conseguido reproducir en el laboratorio las condiciones más aptas para la reproducción de estos raros ejemplares. A partir de los soros, situados en el envés de los frondes


obtienen y separan las esporas


que después incuban en condiciones controladas de laboratorio, consiguiendo la unión de las esporas
en el interior de tapers...


y obteniendo las nuevas plántulas de helecho


De esta forma se han conseguido más de 1000 nuevas plantas que darán lugar a nuevos helechos arbóreos. Una vez en el interior del invernadero, los grandes helechos, maravillosamente cuidados, nos teletransportan a un pasado  húmedo y pantanoso ...


Llama la atención el porte majestuoso de estas antiguas plantas, que no necesitan flores para llamar la atención: el despliegue de sus frondes, símbolo de las tribus maoríes, es por sí mismo  atrayente.


Este enorme esfuerzo investigador convierte a este vivero en pionero en el cultivo de estos delicados helechos en condiciones controladas. Además es un centro de trabajo con más de 60 trabajadores en plantilla en la zona de Alto Bierzo. No os lo podéis perder!!!
Iniciativas así merecen todo el apoyo de la sociedad berciana y de sus instituciones: ánimo Luis y a todos los que hacéis realidad este sueño!!!


sábado, 21 de diciembre de 2013

POR LOS BOSQUES DEL ESTEFANIENSE BERCIANO

La actividad minera de las últimas décadas y especialmente las explotaciones a cielo abierto han dejado al descubierto numerosos restos de plantas de tiempos remotos. Unos tiempos dominados por bosques de ribera y zonas pantanosas y aluviales ricas en helechos, equisetos y antiguos prototipos de árboles que son las licópsidas. Una de estas zonas privilegiadas del Bierzo es la de Igüeña y Tremor: allí pueden verse numerosos restos de troncos de grandes dimensiones que nos permiten hacernos una idea de la magnitud de las licópsidas con una antigüedad de unos 300 millones de años correspondiente mayoritariamente al periodo Estefaniense B. La administración debería plantearse una estrategia para la conservación de los mismos, ya que la exposición a la intemperie provoca su rápido deterioro.



Puedes hacer con nosotros un pequeño recorrido en el siguiente enlace, donde comprobarás que además de fósiles se pueden encontrar cristales de cuarzo de gran pureza y estructura bipiramidal.

Recorrido por el Carbonífero berciano: Igüeña y Tremor