El Prof. Roberto Wagner falleció ayer a los 90 años de edad en su querida Córdoba. Ante todo expresar nuestro sentimiento de pesar por la pérdida humana, de la persona entrañable, siempre dispuesta a escuchar y a dar ánimos. Era todo un carácter.
Tras este perfil humano tan cercano se escondía un grandísimo paleontólogo cuyo mundo Carbonífero exploró y al que dedicó toda una vida: se puede decir que la Paleobotánica era su vida.
Nacido en Indonesia , de origen holandés, quedó fascinado por nuestro país y es principalmente aquí donde desarrolló su carrera. Ha descrito y bautizado un gran número de especies paleobotánicas y ha realizado las más completas revisiones del Carbonífero que se han escrito en nuestro país. Consecuencia de sus innumerables expediciones por España, pero también por todo el mundo, ha reunido una impresionate colección de fósiles vegetales de todo el mundo, que se exponen en el Museo Paleobotánico de Córdoba, que él creó y dirijió.
Ha estado en numerosas expediciones en El Bierzo, describiendo géneros y visitando yacimientos. He tenido el placer de conocerle y tratarle. De él siempre me impresionó su aspecto de viejo profesor con una mente joven e incansable, siempre abierto a todo lo que tuviera que ver con su mundo. Exigente y a la vez amable, iconoclasta y clásico a partes iguales: una persona que transmite y engancha.
Por suerte la comunidad científica le ha demostrado su agradecimiento por su inmensa labor en numerosas ocasiones. Su gigantesco legado formará parte de la historia de la Paleobotánica.
Vaya esta foto en recuerdo de una de las ocasiones en que tuve el placer de hablar con él en su despacho del Museo Paleobotánico de Córdoba.