miércoles, 10 de noviembre de 2021

LOS FONDOS MARINOS DEL ORDOVÍCICO EN EL BIERZO: tras la pista de los trilobites.

Entre unos 470 y unos 458 millones de años se sitúa un periodo de la Era Primaria o Paleozoica en el que los territorios que componen la actual  península Ibérica se encontraban sumergidos en el mar. Era la costa del gran supercontinente de Gondwana, situado en el hemisferio sur del planeta.


Un mar poco profundo, de la plataforma continental de este supercontinente, era el hábitat de aquellas formas de vida generadas el largo periodo geológico anterior (el Cámbrico). Desde entonces seres dotados de ojos bien desarrollados y buena movilidad, adaptados a todo tipo de hábitats marinos se expandieron hasta colonizar todos los mares: son los trilobites.

Uno de los géneros más extendidos son los llamados trilobites calymenáceos , y sin duda uno de los más cosmopolitas es Neseuretus.


Son trilobites muy largos (que pueden llegar a medir 20 cms) y con pleuras estrechas. Es raro encontrar ejemplares completos y cuando aparecen están deformados por el intenso metamorfismo debido a la orogenia hercínica, que plegó y comprimió los sedimentos en los que se encontraban. Se pueden encontrar restos del tórax o pleuras en diferentes yacimientos bercianos.


Otras veces encontramos pigidios, más abundantes por las frecuentes mudas de los trilobites:


Otras veces aparecen en posición defensiva, completamente enrollados, con el pigidio acoplado perfectamente al cefalón.


A veces aparecen cefalones sueltos de Neseuretus trstani, parcialmente piritizados, donde se muestra el típico "morro" del cefalón , característico de este género tan cosmopolita:

 

Existen varios yacimientos dispersos por la geografía berciana, si bien hay que decir que los fósiles no abundan. Predominan los restos de cefalón en forma de moldes externos, pigidios y restos de pleuras. En muchos casos la pirita de ha meteorizado y degradado, dejando los moldes vacíos, de forma que se encuentran los vaciados.