El Bierzo es un lugar donde confluyen muchas singularidades geológicas y por supuesto históricas. La vida antes de la romanización ha dejado aquí numerosas huellas de aquellas tribus prerromanas que habitaban esta bella comarca. Las cuarcitas son un material geológico increíble, no sólo por su dureza sino porque sus caras planares las hacen aptas para la construcción, contribuyendo a la belleza del caserío berciano, compuesto de cuarcitas y pizarras de magnífica calidad. Formadas hace más de 400 millones de años en el fondo de los mares ordovícicos, estas cuarcitas se denominan "cuarcitas de Vega" por su proximidad a Vega de Espinareda.
Nuestros antiguos pobladores vieron en ellas unos lienzos donde dejar sus mensajes aún por descifrar, ocultos en los lugares más recónditos e inaccesibles de los peñascos. En esta ocasión, y como continuación del anterior reportaje titulado de igual forma, las Peñas del Diablo en Sésamo, continúan en este oculto valle, que guarda con celo estas huellas pictóricas pintadas en rojo sobre las cuarcitas.
La ruta no es apta para todos los públicos ya que recorre lugares inaccesibles e incluso peligrosos. Como recompensa: poder contemplar estas pinturas increíbles, protegidas por la naturaleza durante milenios.
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