Cuando un médico o cualquier otro profesional (no geólogo) siente atracción por el apasionante mundo de los fósiles....Cuando esa pasión es muy temprana, entorno a los 14 años de edad...... Después las circunstancias personales le conducen por otros caminos, igualmente fascinates, pero radicalmente diferentes, de la Medicina. Llega un momento en que uno tiene que decidir cual es su profesión y cual su hobbie, pero en este caso no se trata de una afición cualquiera. Una vez que uno se adentra en la Paleontología y descubre este mundo maravilloso, ya nunca más podrá salir de él. Allí, atrapado por la seducción de las piedras, las visitas al campo, la clasificación y conservación, la reconstrucción de los antiguos mundos...¿que otra afición podría competir con ésta?
La sensación de ser raro o especial que acompaña a esta actividad siempre me ha perseguido, hasta que descubrí que en el pasado, otras personas sucumbieron a los encantos de la "paleo".
Algunas fueron terriblemente importantes en la historia de la Medicina como Lord Parkinson, médico inglés que en siglo XIX describió el síndrome de Parkinson, por el que siempre será recordado. Este inglés, poseído por el espíritu de la Ilustración francesa y cuyas actividades políticas pusieron en peligro su prestigio y posición social, poseía una espléndida colección de fósiles en su casa. Pero este hombre fue más allá escribiendo su volumen "Organic remains of a former world" basado en sus fósiles. Se atrevió a emitir la teoría catastrofista para justificar las grandes extinciones... Como diríamos en España: Ahí queda eso! Y por si fuera poco bautizó el género de ammonoideos Parkinsonia (Parkinsonia parkinsoni), por el que también será siempre recordado.
Otro médico igualmente inglés, pero no tan conocido fue Guideon Mantell, también a finales del XIX, que ejerció de cirujano. Su entretenimiento favorito era recoger fósiles en la región de Sussex (Inglaterra )hasta que se encontró un diente de Igauanodon. Pero en este caso tenía un ilustre amigo, el gran geólogo Lyell, que fue además figura máxima de la geología de su época.
Al igual que James Parkinson ideó grandes teorías , en este caso sobre los dinosaurios y fue condecorado por la Royal Society de Londres. Sin embargo acabó sus días como un vagabundo, abandonado por su mujer (harta de los fósiles que llenaban su casa y su tiempo como una obsesión) y completamente arruinado e inválido tras sufrir un accidente.
No supo elegir entre la medicina, que le daba el dinero para vivir y la paleontología, que alimentaba su mente! Tuvo además que sufrir la frase lapidaria de su ilustre amigo Lyell: "hay que elegir entre la medicina o la ciencia". Hoy en día la medicina es tan ciencia o más que la propia geología, pero en aquellos tiempos y a los ojos del ilustre Lyell un cirujano se parecía más a un barbero que a un científico de pedigrí!.
Menos mal que en el mismo lugar donde Mantell encontró su diente de Iguanodón un monumento le hace justicia.
Estos son sólo un ejemplo de tantos hombres y mujeres de las profesiones más dispares, que a lo largo de la historia han caído en este mundo de los fósiles, que ha llenado su tiempo libre y disparado su imaginación. Empezaron como simples coleccionistas y se fueron convirtiendo en dibujantes, escritores y sobre todo, en grandes divulgadores. En su tiempo fueron considerados como gente rara y excéntrica por esta extraña afición, pero lo cierto es que consiguieron ir más allá de sus propios límites y se mantuvieron fieles a ella. Tuvieron que sufrir al ser considerados de segunda categoría por los geólogos profesionales (y no tan profesionales) de su época. La sociedad de su tiempo no entendió sus talentos y muchos de ellos fueron grandes incomprendidos.
Esta misma sociedad, que a veces les aduló, nunca pudo entender como una sóla persona podia reunir esas brillantes facetas y realizar interesantes aportaciones en tan diferentes campos de la ciencia!
Para concluir, y enlazando con el tema de este blog podríamos decir: Medicina y Paleontología: ¿por qué renunciar a una cuando se pueden tener las dos?
Algunas fueron terriblemente importantes en la historia de la Medicina como Lord Parkinson, médico inglés que en siglo XIX describió el síndrome de Parkinson, por el que siempre será recordado. Este inglés, poseído por el espíritu de la Ilustración francesa y cuyas actividades políticas pusieron en peligro su prestigio y posición social, poseía una espléndida colección de fósiles en su casa. Pero este hombre fue más allá escribiendo su volumen "Organic remains of a former world" basado en sus fósiles. Se atrevió a emitir la teoría catastrofista para justificar las grandes extinciones... Como diríamos en España: Ahí queda eso! Y por si fuera poco bautizó el género de ammonoideos Parkinsonia (Parkinsonia parkinsoni), por el que también será siempre recordado.
Otro médico igualmente inglés, pero no tan conocido fue Guideon Mantell, también a finales del XIX, que ejerció de cirujano. Su entretenimiento favorito era recoger fósiles en la región de Sussex (Inglaterra )hasta que se encontró un diente de Igauanodon. Pero en este caso tenía un ilustre amigo, el gran geólogo Lyell, que fue además figura máxima de la geología de su época.
Al igual que James Parkinson ideó grandes teorías , en este caso sobre los dinosaurios y fue condecorado por la Royal Society de Londres. Sin embargo acabó sus días como un vagabundo, abandonado por su mujer (harta de los fósiles que llenaban su casa y su tiempo como una obsesión) y completamente arruinado e inválido tras sufrir un accidente.
No supo elegir entre la medicina, que le daba el dinero para vivir y la paleontología, que alimentaba su mente! Tuvo además que sufrir la frase lapidaria de su ilustre amigo Lyell: "hay que elegir entre la medicina o la ciencia". Hoy en día la medicina es tan ciencia o más que la propia geología, pero en aquellos tiempos y a los ojos del ilustre Lyell un cirujano se parecía más a un barbero que a un científico de pedigrí!.
Menos mal que en el mismo lugar donde Mantell encontró su diente de Iguanodón un monumento le hace justicia.
Estos son sólo un ejemplo de tantos hombres y mujeres de las profesiones más dispares, que a lo largo de la historia han caído en este mundo de los fósiles, que ha llenado su tiempo libre y disparado su imaginación. Empezaron como simples coleccionistas y se fueron convirtiendo en dibujantes, escritores y sobre todo, en grandes divulgadores. En su tiempo fueron considerados como gente rara y excéntrica por esta extraña afición, pero lo cierto es que consiguieron ir más allá de sus propios límites y se mantuvieron fieles a ella. Tuvieron que sufrir al ser considerados de segunda categoría por los geólogos profesionales (y no tan profesionales) de su época. La sociedad de su tiempo no entendió sus talentos y muchos de ellos fueron grandes incomprendidos.
Esta misma sociedad, que a veces les aduló, nunca pudo entender como una sóla persona podia reunir esas brillantes facetas y realizar interesantes aportaciones en tan diferentes campos de la ciencia!
Para concluir, y enlazando con el tema de este blog podríamos decir: Medicina y Paleontología: ¿por qué renunciar a una cuando se pueden tener las dos?