El Wolframio o Tungsteno es un metal pesado cuyo valor se basa en aumentar el punto de fusión de los metales. Por ello en la Segunda Guerra Mundial los alemanes lo incorporaron a sus máquinas de guerra, haciéndolas imbatibles para el enemigo. En la dura posguerra española un antiguo minero de las minas de Casayo descubrió en la Peña de Seo un nuevo yacimiento de Wolfram: se desató la fiebre del wolfram. En aquellos difíciles años muchos se lanzaron a la montaña en busca de los filones cuarcíferos ricos en Wolframio, para luego venderlo al peso y sacarse un dinero con el que vivir. Con el tiempo se estableció una empresa minera que construyó un poblado próximo a Cadafresnas. El Wolframio se encuentra en forma de Wolframita (óxido complejo de Wolframio con Hierro y Manganeso) y acompaña a otros minerales como pirita, estaño, arsenopirita, calcopirita, mica sericita, turmalina, circón , etc. Se formó en el periodo Precámbrico, lo que convierte a esta zona en una de las geológicamente más antiguas e interesantes del Bierzo.
Wolframita sobre cuarzo
Arsenopirita sobre cuarzo
Poblado minero de Wolfram de Cadafresnas
Bocaminas de Peña de Seo
El Señor Jovino, único superviviente del poblado minero, nos mostró orgulloso un buen pedazo del mineral que guarda con mucho cariño.